Piel sensible: cuidados y soluciones
Cómo cuidar la piel sensible con productos naturales
La piel sensible es aquella que reacciona de forma exagerada a los agentes externos, como el sol, el frío, el viento, la contaminación, el maquillaje o los cosméticos. Se caracteriza por presentar rojeces, irritación, sequedad, picor o descamación. Si tienes la piel sensible, sabrás lo difícil que es encontrar productos que no la dañen y que le aporten hidratación y protección.
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TogglePor eso, en este artículo te vamos a mostrar cómo cuidar la piel sensible con productos naturales, que son más suaves, respetuosos y eficaces que los químicos. Además, te daremos algunos consejos para prevenir y aliviar los síntomas de la piel sensible.
¿Qué productos naturales son buenos para este tipo de ´piel?
Los productos naturales son aquellos que provienen de fuentes vegetales, animales o minerales, y que no han sido sometidos a procesos de transformación química. Estos productos tienen la ventaja de que contienen principios activos que benefician la salud y la belleza de la piel, sin causar efectos secundarios ni alergias.
Algunos de los productos naturales más recomendados para la piel sensible son:
- El aloe vera: es una planta con propiedades hidratantes, cicatrizantes, antiinflamatorias y calmantes. Ayuda a regenerar la piel, a reducir las rojeces y a combatir las infecciones. Puedes aplicar el gel de aloe vera directamente sobre la piel o comprar productos que lo contengan.
- La caléndula: es una flor con propiedades antisépticas, antiinflamatorias y regeneradoras. Favorece la cicatrización de las heridas, alivia el picor y la irritación, y previene las infecciones. Puedes usar la infusión de caléndula como tónico o comprar cremas o ungüentos que la incluyan.
- La manzanilla: es una planta con propiedades calmantes, antiinflamatorias y descongestionantes. Suaviza la piel, reduce la inflamación y el enrojecimiento, y alivia el ardor. Puedes usar la infusión de manzanilla como compresas o comprar productos que la incorporen.
- La miel: es un producto con propiedades hidratantes, nutritivas, antibacterianas y antioxidantes. Nutre la piel, la protege de las agresiones externas, la mantiene elástica y previene el envejecimiento. Puedes aplicar la miel pura sobre la piel o comprar productos que la contengan.
- El aceite de almendras: es un producto con propiedades emolientes, hidratantes y suavizantes. Hidrata la piel en profundidad, la nutre, la protege de la sequedad y la descamación, y mejora su aspecto. Puedes usar el aceite de almendras puro como hidratante o comprar productos que lo incluyan.
¿Qué consejos debes seguir para cuidar la piel sensible?
Además de usar productos naturales, existen otros hábitos que puedes adoptar para cuidar la piel sensible y evitar que se irrite o se reseque. Algunos de ellos son:
- Limpia la piel con suavidad, usando productos adecuados para tu tipo de piel, sin alcohol ni perfumes. Evita frotar o rascar la piel, y sécala con una toalla suave, dando pequeños toques.
- Hidrata la piel a diario, usando cremas o lociones que contengan ingredientes naturales y que sean hipoalergénicas y no comedogénicas. Aplica la hidratante sobre la piel húmeda, con movimientos circulares y ascendentes.
- Protege la piel del sol, usando un protector solar con un factor de protección alto, que sea resistente al agua y que no contenga fragancias ni colorantes. Renueva la aplicación cada dos horas y evita la exposición directa al sol, especialmente en las horas centrales del día.
- Evita los cambios bruscos de temperatura, el aire acondicionado, la calefacción y el humo del tabaco, ya que pueden resecar y sensibilizar la piel. Mantén un ambiente húmedo y ventilado, y bebe mucha agua para hidratar la piel desde dentro.
- Cuida tu alimentación, evitando los alimentos que puedan provocar alergias o intolerancias, como el gluten, los lácteos, los huevos, los frutos secos o los mariscos. Consume alimentos ricos en vitaminas, minerales y antioxidantes, como las frutas, las verduras, los cereales integrales, las legumbres y los frutos rojos.
- Relájate y descansa, ya que el estrés y la falta de sueño pueden afectar negativamente a la salud y la belleza de la piel. Practica técnicas de relajación, como la meditación, el yoga o la respiración profunda, y duerme al menos ocho horas al día.
Siguiendo estos consejos y usando productos naturales, podrás cuidar la piel sensible y mejorar su aspecto y su bienestar. Recuerda que la piel es el órgano más grande del cuerpo y que refleja tu estado de salud. Por eso, es importante que le dediques tiempo y atención, y que la trates con delicadeza y respeto.